Mark Sánchez, quarterback de los Jets de Nueva York, sale del terreno de juego cabizbajo …
Cuando
los jugadores de los Eagles, el entrenador de los Jets y el propietario
de los Cowboys intensificaron las expectativas de lo que harían sus
equipos antes de la temporada, pareció razonable. Todos tenían
suficiente talento para pelear por el campeonato.
Pero resulta que en el primer mes de la NFL, toda esa fanfarria se quedó en eso: pura publicidad exagerada. Ninguno de esos equipos ha mostrado mucho en los cuatro primeros juegos.
Agreguemos a los Falcons, candidato de moda para representar a la Conferencia Nacional en el Super Bowl, y a los campeones defensores de la Conferencia Americana Pittsburgh, y el primer cuarto de la temporada ha estado lleno de sorpresas —y decepciones— para varios equipos anunciados con mucho bombo.
Ninguno ha sido más decepcionante que los Eagles, quienes rápidamente han llevado a sus aficionados a concentrarse en los Filis y la postemporada del béisbol de Grandes Ligas. El conjunto al cual el quarterback de reserva Vince Young calificó como "Equipo de Ensueño" después de todas las adquisiciones previas a la campaña ha mantenido a los aficionados de Filadelfia sin dormir, tratando de descifrar que ha salido mal.
Los Eagles han perdido tres juegos consecutivos y están en el sótano de la División Este de la Conferencia Nacional. Su fracaso más reciente ha sido el peor, ya que desperdiciaron una ventaja de 23-3 en la segunda mitad y cayeron ante San Francisco a pesar de una actuación sensacional de Michael Vick.
Pero Vick no juega en la defensiva secundaria, la cual a pesar de algunas adquisiciones de precio elevado, como Nnamdi Asomugha y Asante Samuel, ha sido una coladera. Y Vick tampoco es un linebacker: de hecho, algunos aficionados en Filadelfia se preguntan si alguno dentro de la alineación lo es.
No es un pateador, aunque Vick podría haber concretado uno de los dos intentos de gol de campo dentro de la yarda 40 que el novato Alex Henery falló en el último cuarto del juego del domingo.
Lo que está ocurriendo en Filadelfia es cualquier cosa menos un sueño y este fracaso está llamando la atención mucho más por aquellas proclamaciones de pretemporada de que los Eagles iban a ser algo especial.
"Tenemos la gente para hacerlo, pero simplemente no lo estamos haciendo", dijo el defensive tackle Cullen Jenkins, una de varias adiciones caras logradas a través de la agencia libre o las transferencias.
Suena mucho como los Jets, cuyo éxito reciente —llegaron a la final de la Conferencia Americana los dos últimos años— se ha desvanecido bajo la fealdad de haber sido aplastados por los Raiders y Ravens.
Con el center Nick Mangold fuera de acción por un esguince del tobillo derecho, los Jets (2-2) olvidaron cómo bloquear. Su defensiva jugó decentemente en la derrota ante los Ravens, pero fue mediocre en una victoria afortunada sobre Dallas en el juego de apertura y fue directamente miserable en la derrota en Oakland.
Se suponía que el quarterback Mark Sánchez daría el siguiente gran paso en su desarrollo en ésta, su tercera temporada. En lugar de ello, ha retrocedido mientras su línea ofensiva se derrumbaba a su alrededor.
Pero resulta que en el primer mes de la NFL, toda esa fanfarria se quedó en eso: pura publicidad exagerada. Ninguno de esos equipos ha mostrado mucho en los cuatro primeros juegos.
Agreguemos a los Falcons, candidato de moda para representar a la Conferencia Nacional en el Super Bowl, y a los campeones defensores de la Conferencia Americana Pittsburgh, y el primer cuarto de la temporada ha estado lleno de sorpresas —y decepciones— para varios equipos anunciados con mucho bombo.
Ninguno ha sido más decepcionante que los Eagles, quienes rápidamente han llevado a sus aficionados a concentrarse en los Filis y la postemporada del béisbol de Grandes Ligas. El conjunto al cual el quarterback de reserva Vince Young calificó como "Equipo de Ensueño" después de todas las adquisiciones previas a la campaña ha mantenido a los aficionados de Filadelfia sin dormir, tratando de descifrar que ha salido mal.
Los Eagles han perdido tres juegos consecutivos y están en el sótano de la División Este de la Conferencia Nacional. Su fracaso más reciente ha sido el peor, ya que desperdiciaron una ventaja de 23-3 en la segunda mitad y cayeron ante San Francisco a pesar de una actuación sensacional de Michael Vick.
Pero Vick no juega en la defensiva secundaria, la cual a pesar de algunas adquisiciones de precio elevado, como Nnamdi Asomugha y Asante Samuel, ha sido una coladera. Y Vick tampoco es un linebacker: de hecho, algunos aficionados en Filadelfia se preguntan si alguno dentro de la alineación lo es.
No es un pateador, aunque Vick podría haber concretado uno de los dos intentos de gol de campo dentro de la yarda 40 que el novato Alex Henery falló en el último cuarto del juego del domingo.
Lo que está ocurriendo en Filadelfia es cualquier cosa menos un sueño y este fracaso está llamando la atención mucho más por aquellas proclamaciones de pretemporada de que los Eagles iban a ser algo especial.
"Tenemos la gente para hacerlo, pero simplemente no lo estamos haciendo", dijo el defensive tackle Cullen Jenkins, una de varias adiciones caras logradas a través de la agencia libre o las transferencias.
Suena mucho como los Jets, cuyo éxito reciente —llegaron a la final de la Conferencia Americana los dos últimos años— se ha desvanecido bajo la fealdad de haber sido aplastados por los Raiders y Ravens.
Con el center Nick Mangold fuera de acción por un esguince del tobillo derecho, los Jets (2-2) olvidaron cómo bloquear. Su defensiva jugó decentemente en la derrota ante los Ravens, pero fue mediocre en una victoria afortunada sobre Dallas en el juego de apertura y fue directamente miserable en la derrota en Oakland.
Se suponía que el quarterback Mark Sánchez daría el siguiente gran paso en su desarrollo en ésta, su tercera temporada. En lugar de ello, ha retrocedido mientras su línea ofensiva se derrumbaba a su alrededor.
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