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MAR
DEL PLATA -- Se hizo largo el viaje de regreso desde Córdoba. Unas 15
horas hasta llegar a Mar del Plata que me las pasé casi todas durmiendo.
Estuve charlando un rato con el chofer del micro en el inicio del viaje
y tomé unos mates con Sergio Hernández cuando faltaba poco para llegar.
El resto del tiempo estuve durmiendo (excepto la parada para almorzar,
claro).
La verdad es que terminé cansado el partido contra Atenas. Jugué muchos
minutos, algo que no estaba acostumbrado en los últimos meses. Después
del debut contra Olímpico en el que estuve fuera de ritmo y no ayudé al
equipo, que tampoco tuvo su mejor partido, yo tenía ganas de jugar un
poco mejor.La diferencia entre los dos partidos fue que en La Banda fuimos un desastre en ataque. Al caos que había en el comienzo me sumé yo y no mejoré la situación. En Córdoba ya tuvimos un arranque diferente, con buena defensa -que no había sido el problema en Santiago del Estero- y jugamos mucho mejor en ofensiva. Fue una buena victoria, aunque a este equipo le faltan piezas importantes como Kyle Lamonte y Marcos Mata.