Fisher no aprueba el veto de Stern

Por Noel Piñeiro Planas
ESPNDeportesLosAngeles.com
EL SEGUNDO -- Un suspiro. Esa fue la natural expresión física que el armador Derek Fisher realizó el viernes antes de entrar al Toyota Center Training Center para reportarse al primer día de entrenamiento de los Lakers de Los Ángeles camino a la campaña que arrancará el Día de Navidad.

En el suspiro, Fisher dejaba escapar los estragos emocionales que le dejaron los duros meses en los que tuvo que dedicarse a negociar con los dueños de la NBA un nuevo convenio colectivo y que no pudieron evitar un cierre patronal que hizo que la temporada 2011-2012 perdiera casi dos meses de acción.

Sin embargo, su despojo no era total. Como presidente de la Asociación de Jugadores, Fisher se reportó a cancha el viernes consciente de que en cualquier momento podría tener que meter las manos nuevamente en un asunto delicado: el protestar el veto que realizó el jueves el Comisionado David Stern al cambio que hubiera llevado a los Lakers a Chris Paul y movido de equipos a sus compañeros Lamar Odom y Pau Gasol, así como a los canasteros Luis Scola, Kevin Martin y Goran Dragic.


Pero por el momento, Fisher dijo que la Asociación de Jugadores se mantendrá pendiente del proceso confiado que el mismo se resuelva antes que ellos tengan que intervenir.

"A pesar que para mí personalmente [ese cambio] tendría gran impacto por tener a un jugador como Chris Paul uniéndose a mi equipo", indicó Fisher en referencia a que Paul juega su misma posición, "estoy en desacuerdo con lo que hizo el Comisionado, la NBA o los dueños para detener el cambio".

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"En este momento solo me viene a mi mente los meses de negociaciones en los que aceptamos recibir un porcentaje menor del 'BRI' a cambio de retener la libertad de movernos. Pero ahora han prevenido eso en este cambio. Y creo que no deben haber razones arbitrarias por las cuales un jugador no deba ser cambiado si dos o tres equipos están de acuerdo y el cambio está dentro de los parámetros del convenio colectivo. No debe ser prohibido", estableció Fisher.

Fisher explicó que ciertamente el factor que la NBA sea dueña del equipo de Nueva Orleans es un problema grande.

"Es dañino que la liga sea dueña de un equipo potencialmente por incidentes como este. Nosotros seguiremos monitoreando el asunto. Ojalá se resuelva, antes que tengamos que intervenir".

Por lo demás, Fisher dijo que se sentía aliviado de volver a estar reunido con su equipo. Y precisó que los Lakers discutieron en su primer tiempo juntos, que necesitan comenzar a hacer nuevamente cosas pequeñas para alcanzar triunfos, y poder competir hacia la meta de ganar un campeonato.

"Hablamos que al llegar a este lugar [de práctica] y nos pongamos el uniforme, tenemos que concentrarnos que somos un equipo y que tenemos que comprometernos al equipo por arriba de cualquier otra cosa", dijo Fisher.

"Como grupo hablamos de lo importante de volver a lo sencillo, de ganar juegos antes que campeonatos. De la necesidad de hacer las cosas pequeñas que ganan campeonatos".

Y de otra parte, Fisher comentó estar esperanzado que los Lakers no tendrán problemas para recuperar el favor de sus fanáticos pese al tiempo perdido debido al cierre patronal.

"Nuestros fanáticos y la gente que trabaja en cosa relacionadas al juego me hacen sentir feliz. Ese proceso difícil de negociación no era un asunto personal para mí, sino que buscaba la forma de lograr lo mejor para todos. Así que estoy esperanzado que podamos pronto poner esta temporada en marcha y que pronto solo hablemos de baloncesto y no de otras cosas", comentó Fisher.

"Y en cuanto a nuestros fanáticos en Los Ángeles, no tengo preocupación sobre ellos en relación a que nos vayan a apoyar. Ellos son consistentes y han sido los mejores del mundo por mucho tiempo. Los Lakers están en la DNA de la ciudad así que ese Día de Navidad espero un ambiente muy vivo en el Staples Center".