BALONCESTO SUPERIOL DE LA VEGA # 18

[LAS PAGINAS http://barberitoenlosdeporte.blogspot.com/ ]/Hawks 106 Y Nets 70 POR Atlanta: V. Radmanovic 17 PTS, 3 Reb., 5 AST, 4 ROB, Celtics 107 Y Heat 115 POR Miami: L. James 26 PTS, 6 Reb., 5 AST, 2 ROB, 1 BLOQ,Timberwolves 95 Y Bucks 98 POR Minnesota: K. Love 31 PTS, 20 Reb., 2 AST../WWW.LOSPOTROSDELGUG.NET [GREGORIO URBANO GIRBET]

miércoles, 7 de diciembre de 2011

No necesitan el cambio Los Lakers pueden ser campeones sin tener que cambiar por Paul y Howard

Por Bruno Altieri
ESPNdeportes.com


De un tiempo a esta parte, las franquicias de la NBA parecen desesperadas por construir un concepto que nació con la llegada de Kevin Garnett a los Boston Celtics: el Big Three.

La fórmula de tres mosqueteros con espadas punzantes significa estar a la moda en el ambiente del básquetbol. Lo que pasa dentro de la cancha es lo mismo que pasa fuera con las marcas: si no tienes estas zapatillas, entonces no existes. No vales nada, ni lo intentes: con esa politica, mejor quédate en tu casa.

El sueño del momento, el genio de la lámpara de Aladino es formar un Big Three. Cambiar lo que haya que cambiar para tener tres estrellas reunidas en un mismo cofre. Es interesante seducir a esta clase de diamantes deportivos, pero... ¿Acaso hay que relegar todo lo que se tiene en pos de un núcleo maravilla? ¿Tener tres figuras de elite garantiza un campeonato? A esta altura, está demostrado que no.


Los Celtics no ganaron el campeonato por su Big Three, sino por el coro alrededor de las estrellas. Por la idea de juego en conjunto, por la química defensiva construida con todos los valores de rol. Y porque existió alguien llamado Rajon Rondo, que siendo un jovencito supo, con errores en el camino, como transformarse en un GPS para sus compañeros.

Pensemos en los Spurs. ¿Fueron múltiples campeones sólo por Tony Parker, Manu Ginobili y Tim Duncan? ¿Acaso no tenían alrededor una idea que los conducía a una forma de jugar, a un comportamiento dentro de la cancha? Ahora sí, estamos en la misma sintonía.

Si pensamos en Miami Heat, veremos un poco de lo que hablamos. Dar todo lo que se tiene por tres notables es arriesgado, valorable, seductor, pero no por eso se garantizan los éxitos. Los Dallas Mavericks, campeones de la NBA, fueron más por tener un conjunto más ensamblado, construido a través de los años y reforzado con un centro notable como Tyson Chandler.

Vamos, entonces, al foco del asunto. Hay rumores fuertes que vinculan a Los Angeles Lakers intentando reanimar a su equipo con cirugía mayor. La idea es quedarse con Chris Paul y Dwight Howard (wow, así como se lee despierta en mí lo mismo que el anillo con Gollum) pero no todo es tan maravilloso como parece.

Digamos que para que esto funcione, hay que hacer algunos mecanismos de intercambios un poco engorrosos. De todos modos, algo así podría andar: Pau Gasol a los New Orleans Hornets por Paul y Andrew Bynum junto a Lamar Odom a Orlando por Dwight Howard, teniendo en consideración el contrato malo de Hedo Turkoglu, que afecta a la franquicia de Mickey Mouse y compañía.

Sinceramente, si Phil Jackson seguiría al frente de este equipo, no me parecería algo incorrecto, porque sus rotaciones son tan pequeñas que convierten a su banco de suplentes en un grupo de plateístas de privilegio.
Pero con Mike Brown como entrenador, la idea era cambiar. Formar un equipo un poco más largo, con variantes, que permita a L.A. ser profundo en posiciones y recuperar -no construír, no lo necesitan- la mística que los llevó a ser bicampeones hace sólo una temporada atrás.

En una Liga que luce corta por el lockout, con 66 partidos y noches consecutivas sobre el parquet, ganarán los que tengan una segunda unidad con soluciones, que permitan a los titulares tomarse un tiempo de descanso sin tener que salir con la capa roja y la daga para asesinar al toro todas las noches. Incluso, en una NBA de menos partidos, hay menos tiempo para desarrollar la química de conjunto. Si le costó a Wade, James y Bosh... ¿Por qué no a Kobe, Paul y Howard?

Muchos fanáticos de Los Angeles no se dan cuenta lo importantes que son Gasol y Bynum en este equipo. Ni hablar lo que aporta Odom, uno de los jugadores más productivos de la Liga que ha volado, a lo largo de su carrera, siempre bajo el radar.

Si traen a Paul y Howard, los Lakers vivirán un boom comercial. Renacerán en una primavera de alegría, cámaras, flashes y demás. Pero créanme que, desde lo deportivo, no necesitan una movida de este tipo para ser campeones nuevamente. No son Los Angeles Clippers, que deben conseguir un perimetral como sea para garantizarse a Blake Griffin por varios años, o los New Jersey Nets, que deben traer un gigante de elite para atar a Deron Williams a la silla de Brooklyn.

El jardín del vecino siempre luce mejor cortado que el propio. Pero cuando se salta del otro lado, todo pasa a ser una cuestión de percepción.

¿Realmente vale la pena conseguir un Big Three casi a la fuerza? En este mundo en el que vivimos, trabajar a largo plazo parece ser la moneda de los tontos, pero créanme: todos los éxitos sin esqueleto se elevan de manera vertiginosa y se desmoronan como un castillo de naipes.

Para los Lakers, entonces, es mucho mejor ordenar los departamentos que derribar el edificio completo. No hay que tentarse con los espejitos de colores ni patear el tablero por un resultado adverso.
El tiempo, en definitiva, pone a cada uno en su lugar. Y las modas, siempre son pasajeras.

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