El alero volvió a escribir su habitual blog en ESPN
Deportes y allí profundiza sobre su situación en relación a Peñarol, su
futuro en Philadelphia y la actuación argentina en los Panamericanos.
Había dos actividades que tenía pendientes: el blog y comprarle a uno de mis hijos un juego que me había pedido. Primero resolví el deber de padre. No fue tan sencillo. El juego de Cars 2 se hizo desear pero finalmente lo conseguí. Tras el regreso en auto con Leo Gutiérrez -que pone la música de la radio a todo volumen- pude dedicarme al blog. Así que, aquí estoy.
Estos
días que estuve entrenándome con Peñarol fueron muy lindos para mí. La
paso bien con el equipo. Me recibieron de excelente manera. Me hacen
sentir muy cómodo. Por supuesto que debo agradecerle a Leo que me abrió
las puertas de su casa y me integró a su familia por unos días.
La
que estoy viviendo es una situación rara. Hago todo con el equipo pero
sin estar pensando en los partidos. Por ahora solamente pienso en
entrenarme. La idea de jugar con Peñarol es difícil que se concrete. El
tema económico es una traba importante. El seguro para que pueda jugar
es un monto muy alto y es lo que complica la situación. Yo vine a Mar
del Plata sin presiones, a ponerme en forma.
Tener
la posibilidad de estar con un equipo es importante porque me da la
oportunidad de practicar situaciones de partido, ya sea cinco contra
cinco, cuatro contra cuatro o tres contra tres. Agarrar ritmo de juego
con un equipo de alto nivel como Peñarol es mucho más útil para mí que
entrenarme solo. Sin embargo, aunque me hagan sentir de la mejor manera,
la situación es algo incómoda porque ellos deben hacer su trabajo y
preparar los partidos sin estar pensando en lo que yo necesito. Hay
trabajos en los que no participo. Trato de no molestar.
El
tobillo está mejor. Si bien no está al 100% ya casi no me molesta. Al
principio me costó un poco pero ya no me preocupa. Está claro que todo
esto hace crecer mis ganas de jugar, pero sé que por ahora no se
concretarán. La gente se ilusiona y es lógico. Me piden que juegue. Y
creen que se puede dar la chance de que juegue. Por ahora viajaré con el
equipo a Buenos Aires para el partido del viernes frente a Lanús y
compartiré con ellos hasta el lunes. Luego volveré a General Pico una semana a seguir por mi cuenta y ver si se resuelve el lockout de la NBA.
Respecto
a la NBA, estoy en una situación difícil, diferente a la de Luis o Manu
que saben que cuando regrese la actividad serán importantes para sus
equipos. Yo no sé qué va a pasar conmigo. Yo quiero jugar en
Philadelphia y cumplir mi contrato. Pero desconozco si ellos buscarán la
forma de transferirme, querrán negociar una salida o me tendrán en
cuenta. Además hubo un cambio de dueños en la franquicia, lo que genera
más incertidumbre aún.
Más
allá de mi presente, estuve viendo algunos partidos de Argentina en los
Panamericanos. Vi el juego por el séptimo puesto contra Uruguay y antes
había visto un fragmento del partido ante Puerto Rico. En ese triunfo
argentino hubo un momento en el que el clima se puso áspero. Me hizo
acordar a los Juegos Panamericanos de Winnipeg ´99 cuando tuve un cruce
fuerte con Antonio Latimer.
En aquella oportunidad Latimer me escupió en la cara y yo reaccioné
camino al vestuario golpeándolo. Se armó un lío importante. Yo tenía 18
años y era bastante más salvaje que ahora. Él se vengó al día siguiente
en el comedor de la Villa pegándome desde atrás mientras yo pedía mi
comida. Apenas me pegó salió corriendo. Lo perseguimos con Leo, se
sumaron algunos boxeadores que intentaron frenarlo pero se escapó.
Luego, más tranquilos, resolvimos todo. Es más, nos enfrentamos
nuevamente en semifinales y no pasó nada. Claro está que ahora estoy más
maduro y no participaría de una situación así.
Volviendo
a estos Panamericanos de Guadalajara, lo más importante es que a los
jugadores jóvenes les hayan servido de experiencia.
Tienen
por delante una larga carrera y estos torneos suman. Los vi bien.
Algunos pueden ser parte del cambio generacional que dentro de poco
necesitará el seleccionado. Va a ser difícil que aparezca un Ginóbili,
un Scola o un Oberto. Pero tampoco hay que esperar que siempre estemos a
tan alto nivel.
Me
gustó mucho el juego de Marcos Delía. Tiene buen físico, una altura
interesante (2,07 mts.) y se mueve bien. Ya lo había visto en alto nivel
en el Mundial U19. Nos puede ayudar mucho en un futuro cercano. Ojalá
que siga por el camino en el que anda.
Bueno, ha sido todo por hoy. Volveré cuando haya algo más para contarles. Les mando un abrazo y será hasta la próxima.
Fuente: ESPNDeportes.com
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