Por DENNIS WASZAK Jr. | AP
FLORHAM
PARK, Nueva Jersey, EE.UU. (AP) — Mark Sánchez ha sido golpeado durante
toda la temporada, lo mismo por los integrantes de la línea defensiva
rival que por los propios seguidores de los Jets y por la prensa.
Ha sido un año desafiante para el atribulado quarterback de Nueva York, quien reconoce que tiene buena parte de la responsabilidad por lo ocurrido. Sin embargo, el mariscal de campo de ascendencia mexicana quiere que sus críticos sepan algo: No van a lograr tan fácilmente que se dé por vencido.
"Gane, pierda o empate, les juro que soy el tipo más afortunado del mundo", aseguró Sánchez el miércoles. "Soy afortunado por estar aquí. Soy afortunado, suertudo, bendecido, llámenlo como quieran. Me emociona este trabajo y la oportunidad que tengo esta semana".
Sánchez se refería a la oportunidad que tienen él y los Jets (8-7) de enderezar todo lo que ha salido mal en esta campaña. Nueva York se encamina a enfrentar a Miami (5-10), su rival en la División Este de la Conferencia Americana, con la necesidad de ganar y de que se combinen varios resultados, para avanzar por tercera vez consecutiva a los playoffs.
Los Jets tenían el control de sus esperanzas de postemporada hace apenas una semana, pero una actuación desastrosa de Sánchez y de sus compañeros significó una derrota por 29-14 ante los Giants de la misma ciudad, y metió en severos problemas al equipo.
"Miren, nuestro juego nunca funcionó", dijo el entrenador Rex Ryan. "No es el único partido que perderemos y hay que salir adelante. Tenemos un reto frente a nosotros, y una oportunidad. Los hechos son estos: Sé con certeza que si no ganamos no nos clasificamos, así que lo mejor es ganar y ver qué pasa. Haremos lo necesario, encenderemos velas y haremos todo eso".
Todo podría reducirse a la forma en que juegue Sánchez, quien lanzó la semana pasada 59 pases, la mayor cantidad en su carrera, algo que según Ryan no se repetirá "de modo alguno".
Sin embargo, dos pases de Sánchez fueron interceptados por los Giants, el quarterback soltó un balón cerca de la zona prometida y fue capturado para un safety que dejó el partido resuelto.
"¿Hemos dado nuestro mejor partido? No", reconoció Sánchez. "Pero éste es todavía el mejor momento que podría imaginar. Tenemos que insistir, ser inteligentes, ganar el partido y ver qué ocurre".
Ha sido un año desafiante para el atribulado quarterback de Nueva York, quien reconoce que tiene buena parte de la responsabilidad por lo ocurrido. Sin embargo, el mariscal de campo de ascendencia mexicana quiere que sus críticos sepan algo: No van a lograr tan fácilmente que se dé por vencido.
"Gane, pierda o empate, les juro que soy el tipo más afortunado del mundo", aseguró Sánchez el miércoles. "Soy afortunado por estar aquí. Soy afortunado, suertudo, bendecido, llámenlo como quieran. Me emociona este trabajo y la oportunidad que tengo esta semana".
Sánchez se refería a la oportunidad que tienen él y los Jets (8-7) de enderezar todo lo que ha salido mal en esta campaña. Nueva York se encamina a enfrentar a Miami (5-10), su rival en la División Este de la Conferencia Americana, con la necesidad de ganar y de que se combinen varios resultados, para avanzar por tercera vez consecutiva a los playoffs.
Los Jets tenían el control de sus esperanzas de postemporada hace apenas una semana, pero una actuación desastrosa de Sánchez y de sus compañeros significó una derrota por 29-14 ante los Giants de la misma ciudad, y metió en severos problemas al equipo.
"Miren, nuestro juego nunca funcionó", dijo el entrenador Rex Ryan. "No es el único partido que perderemos y hay que salir adelante. Tenemos un reto frente a nosotros, y una oportunidad. Los hechos son estos: Sé con certeza que si no ganamos no nos clasificamos, así que lo mejor es ganar y ver qué pasa. Haremos lo necesario, encenderemos velas y haremos todo eso".
Todo podría reducirse a la forma en que juegue Sánchez, quien lanzó la semana pasada 59 pases, la mayor cantidad en su carrera, algo que según Ryan no se repetirá "de modo alguno".
Sin embargo, dos pases de Sánchez fueron interceptados por los Giants, el quarterback soltó un balón cerca de la zona prometida y fue capturado para un safety que dejó el partido resuelto.
"¿Hemos dado nuestro mejor partido? No", reconoció Sánchez. "Pero éste es todavía el mejor momento que podría imaginar. Tenemos que insistir, ser inteligentes, ganar el partido y ver qué ocurre".
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